La leyenda de Micky

Una leyenda que circula en la red y cuya autoría es del Sr. Miguel Delgado quien asegura que tal historia se la reseñaron en el Bioparque Estrella, se transcribe tal como aparece.

Cuentan los ancianos que hace muchos años, vivía en Montemorelos un hombre muy rico y poderoso, además de supersticioso en extremo y malvado a quien apodaban Micky. Este personaje utilizaba su dinero para el mal y despreciaba al pobre y al necesitado. Cuentan que golpeaba a los niños cuando le pedían limosna en la calle y por cualquier cosa sacaba su pistola, la cual no dudaba en usar contra sus enemigos. Su única debilidad era su creencia en supersticiones. Se dice que era de tal magnitud que una vez mató a golpes a una sirvienta por haber roto un espejo mientras ésta hacía el aseo en la casa de Micky. Otra anécdota explica que los días 13 no salía de su recámara para nada y sólo se aventuraba a salir hasta que el fatídico día terminaba.

Se dice que en su hacienda trabajaba una mujer llamada Esmeralda, quien en realidad era una bruja que le leía su futuro. Micky no hacía nada sin consultarla. Esta mujer lo tenía completamente dominado, pero lo único que deseaba era la fortuna de su malvado jefe y utilizaba todos sus trucos para cumplir su ambición: ponía cosas en la casa y en la ropa de él para luego decirle que alguien estaba haciéndole brujería. Con esto, Micky no dudaba en matar a los que él creía que le estaban haciendo algún mal. Una noche, sin embargo, Micky descubrió los planes de Esmeralda de quedarse con su dinero, y en un arranque de furia le sacó los ojos, gritando como loco: “Maldita bruja, no me engañarás de nuevo”. Y luego él mismo, dándola por muerta, llevó su cuerpo para arrojarlo afuera de sus tierras. Pero Esmeralda sobrevivió lo suficiente para denunciar a su antiguo jefe. Cuando la policía fue a arrestarlo, Micky logró escapar a caballo y mientras se escondía cerca del río Pilón –en lo que hoy es el Bioparque Estrella, uno de sus perseguidores lo descubrió y con pistola en mano lo enfrentó. Micky, con su amuleto de la suerte firme en mano, le gritaba: “¡No podrás atraparme! Primero moriré antes de ser tu prisionero”. Pero el destino le tenía preparada una sorpresa inmediata: conforme Micky vociferaba aquellas palabras, una serpiente cascabel lo mordió y Micky murió en completa y sufrida agonía…

Ah, pero aquí no termina la historia: mucha gente afirma que el ánima de Micky no descansa en paz y que todavía hasta el día de hoy se aparece a los que son supersticiosos, asustándolos de mala manera. Varias personas han terminado mal y la única forma que se conoce para alejar al fantasma es no ser supersticioso y demostrarlo, ya sea tirando sal, rompiendo un espejo o con cualquier otro método que supuestamente traiga mala suerte.

Así que “¡cuidado con Micky!”, como dicen los lugareños.