García de la Garza Belisario de Jesús
Nació el 14 de Noviembre de 1892, en Montemorelos, N.L. Murió el 31 de Agosto de 1952, en la ciudad de México. Fue hijo de Don Juan B. García Galván y la Sra. Irene de la Garza García. Durante toda su infancia radicó en su natal Montemorelos, N.L. Después en el Estado de Quintana Roo. Durante la revolución viajó por gran parte del país. Sus últimos años residió en la ciudad de México. Estudió primaria y secundaria en Montemorelos. Desde niño dió muestras de tener gran facilidad para la mùsica e instrumentos, por lo que aprendió a tocar guitarra, mandolina, violìn y piano. Su primera obra musical fue el vals “Armandina”. En la revolución fue Subteniente y luego Coronel del Ejército Constitucionalista. Después de la trágica muerte de Don Venustiano Carranza, fue enviado a Quintana Roo, donde fue nombrado Jefe del Estado Mayor de la Quinceava Jefatura. Después de la revolución, ya con el grado de Coronel, dirigió diversas bandas militares. Fue gran tirador, actividad que desarrolló como deporte favorito a través de la cacería. Le gustaba también la pezca, a la que fue muy aficionado. Se autodefinía “Músico, poeta, soldado y cazador”. Fue muy afecto a los viajes y al contacto con el campo y la naturaleza. Le gustaba escuchar música clásica. Las obras musicales con las que obtuvo mayores satisfacciones fueron “Morir por tu amor”, el vals “Ofrenda”, y el tango “Negro”. Musicalizó algunos poemas de Amado Nervo y del Lic. Jaime Torres Bodet. En su carrera como compositor recibió varios reconocimientos, la mayoría de ellos, debido a su participación en varios certámenes. En el concurso de la Feria de las Flores, en 1917, ganó con “Nube pasajera”. Cuando estaba por concluir la década de los años veintes, participó en un encuentro de bandas militares, en el que quedó en primer lugar. En uno de los aniversarios de la fundación de la ciudad de Monterrey, una canción suya resulta triunfadora. Su marcha “Monterrey” fue adoptada para la publicidad de conocida empresa fabricante de cerveza. En sus treinta y siete años de servicio en el ejército, recibió diversas condecoraciones y Menciones Honoríficas. Jamás tuvo un sólo arresto, y nunca disfrutó de alguna licencia. Se dice, que de niño, uno de sus grandes deseos era tener una mandolina, por lo que un día cambió un valioso gallo de pelea de su padre, por una mandolina. Siempre fue muy inspirado, y con el tiempo, muy prolífico en cuanto al número de obras que componía; a tal grado, que alguien dijo que por la mañana componía un vals, a mediodía un tango, y por la tarde un fox. Cuando escuchó este comentario dijo que quizá no en ese orden, pero que sí era así. Su mayor satisfacción fue siempre su mùsica y todo lo que tuviera relación con ella. Fue muy grande su emoción cuando supo que su obra “Morir por tu amor”, era un éxito en Alemania; lo mismo sucedió cuando recibió reportes de que sus tantos eran cantados en Argentina por los grandes intérpretes, y en las ocasiones que oía que la gente pedía o interpretaba sus composiciones.
Repertorio
Ya sea en el campo, en las
grandes ciudades de nuestro México, igual que en Argentina, Francia, Alemania,
E.U.A., y en otros países del mundo, en el ambiente musical se escuchaban
canciones y melodías de un ilustre compositor de Nuevo León, ¿quién pudo
haberse resistido a escuchar en la provincia mexicana “Las cuatro
milpas”, “Mi gusto es”, “Amorcito consentido”,
“Morir por tu amor”, “La escoba”, etc., de Don Belisario de
Jesús García.
En argentina el público enloquecía con el “Tango Negro”, que decían
que era de ellos; en Alemania solicitaron los derechos del vals “Morir por
tu amor” ya que tenía gran popularidad en muchos países de Europa; en
Francia su composición a “París” tuvo mucha aceptación; en Perú sentían
propio el tango “Amor” ya que la letra fue escrita por su poeta José
Santos Chocano, pero la música es de Don Belisario.
Don Belisario dejó cientos de canciones, aunque algunos de sus biógrafos dicen
que fueron más de mil composiciones de todos los ritmos de la época : corridos,
polkas, valses, tangos, charleston, marchas, danzas, y danzones, mazurca y
redovas.
A cincuenta y cinco años de su partida al más allá estamos reconociendo el
mérito de sus finas y abundantes obras. Aquí citamos las palabras que él mismo
dijo un día:
“El hombre de bien, hace su obra para que lo juzguen en la posteridad ya
que en vida no es posible aquilatar el mérito”.
Reconocidos escritores y periodistas han hablado de este ilustre nuevoleonés,
Manuel Neira Barragán, José Navarro, Carlos Treviño Quiroga, Carlos Marín
Foucher, Roberto González Acosta, Genaro Salinas Quiroga, José Manuel Peña,
Juan G. Del Moral y otros más, sin faltar el ingeniero Guillermo Dávalos quien
escribió un libro a cerca de este personaje.
Habría que acudir a nuestro diccionario en busca de palabras para exaltar la
producción de este inspirado compositor.
De este genio musical nacido en Montemorelos, Nuevo León, se expresó así el
reconocido maestro de música Fray Mario Talavera:
“Este bárbaro de Belisario es el único capaz de componer un vals en la
mañana, un tango a mediodía y un fox-trot en la noche.”
A diferencia de otros autores a Don Belisario le bastaron sólo unas cuantas
canciones para ha-cerse inmortal: “Morir por tu amor” tema de la
película “Así amaron nuestros padres”; “La escoba” que se
decía que no se podía bailar si no se tenía una escoba a la mano, este canción
fue tema musical de una tienda de la calle Padre Mier; “Palomita de alas
blancas” triunfadora en el festival organizado por el municipio de
Monterrey en su 350 aniversario; “Tango Negro” que grabó la más
destacada intérprete de tangos en Argentina, Rosita Quiroga, para hablar de su
éxito mencionamos que en los años 20 y 30 del siglo pasado, época incipiente de
la radiodifusión, se vendieron más de 150 mil discos del “Tango
Negro” que fueron tocados en vitrolas de cuerda; la marcha
“Monterrey” cuyos derechos fueron adquiridos por la Cervecería Cuauhtémoc
para promocionar uno de sus productos y a la vez se tocaba por la banda del
maestro Anastasio Ballesteros al dar principio a los juegos del equipo de
baseball de “Los Sultanes” que entonces se llamó “Carta
Blanca”; y qué decir de sus fox-trots que las grandes bandas de E.U.A.
incluyeron para amenizar los bailes de salón; “Cual pálida estrella”
de la cual el barítono regiomontano Arturo Salazar hace una muy buena
interpretación, esta canción logró un triunfo en “El festival de las
flores”; la canción infantil “Patito, patito, color de café”
grabada por el trío “Garnica Ascencio” que arrulló la cuna de los
infantes nacidos en los años 20 y 30 está basada en la originalidad de la
música tlaxcalteca que llegó hasta nosotros y traspasó la frontera; en el sur
de E.U.A. se popularizó como “square dance” (baile de cuadrillas).
La producción internacional de Don Belisario es innumerable con el poeta
peruano José Santos Chocano se unió para crear un hermoso tango que se tituló
sencillamente “Amor”; con nuestro poeta Amado Nervo quien estuvo en
el servicio diplomático en va-rios países sudamericanos compuso una canción
titulada “Ojos verdes” que Don Belisario dedicó a su esposa Esperanza
Weber.
Las popularidad de “Las cuatro milpas” llegó a los juzgados debido a
que ya existía una canción llamada “Las tres milpas” de Eduardo Vigil
y Robles (canción del Bajío), en relación a esto la Secretaría de Educación
Pública manifestó en una comunicación lo siguiente: “El señor Belisario de
Jesús García compositor de música ha probado ante esta Secretaría ser el autor
de “Las cuatro milpas” según artículo 1162 del código civil, pues fue
el quien la trajo a México registrada con fecha de 9 de marzo de 1926 registro
número 3610. Esta Secretaría autoriza únicamente al referido autor y al mismo
tiempo hace constar que esta canción no tiene nada que ver en su música con el
de “Las tres milpas” de Eduardo Vigil Robles”. Firmado esto por
el jefe de departamento Rafael Pérez Taylor.
Y para hablar de su sentido del humor, bastan las siguientes cuartetas de su
canción “Pa”qué me dice cosas”
“Pa”qué me dice cosas si al cabo no me ha de cumplir,
yo no soy como las otras que dondequiera se dejan ir,
usted nomás me anda tanteando y un día le va a pesar
porque el que con lumbre juega muy pronto se va a quemar”
En carta que le dirigió el director musical de bandas militares Genaro Núñez a
Don Belisario del dice así: “Mi querido jefe y compañero en el arte:
Tus inspiradas melodías son como los arroyuelos cristalinos de tu tierra
agreste del norte donde naciste. Que la posteridad te recuerde como se recuerda
hoy a Juventino Rosas de quien eres digno paralelo como artista y como
mexicano.
Sólo para ser inmortal te bastaron esas notas engarzadas en algún hondo
sentimiento que se llama “Morir por tu amor”
Homenajes a Don Belisario
La Cervecería
Cuauhtémoc organizó un festival con todo su elenco artístico
para honrar su memoria al que asistieron sus hijos Belisario hijo y Vicenta,
cuatro nietos y otros familiares. El Club de Leones de Monterrey A.C. ( en su
tiempo, el mayor del mundo con 1500 socios) también preparó una función con los
mejores artistas de la localidad al que asistió parte de su familia.
La radiodifusora XET de Monterrey no se quedó atrás y presentó un programa en
vivo y en cobertura nacional con grandes artistas y músicos profesionales. Los
hermanos Domínguez autores de las bellas canciones como “Perfidia”,
“Frenesí”, “Hay que saber perder” y cientos más han
logrado, con su orquesta de cámara, una magnífica grabación del vals
“Morir por tu amor”. La sociedad camerista de Cuernavaca, Morelos,
con la colaboración del Consejo Internacional para la Cultura y las Artes,
(concebida para difundir música fina) acaba de editar un disco compacto con el
sello de Luzam donde incluye la melodía de Don Belisario “La canción de la
sonrisa”.
Con toda seguridad quienes en alguna forma han hablado de la vida de Don
Belisario no estarán de acuerdo con una frase de su estrofa donde dice:
“No me importa estar muerto lo que me duele es estar olvidado”,
sentimos que pecó de modestia pues siempre será recordado.
Cómo puede estar olvidado un personaje que a 55 años de su fa-llecimiento sigue
presente en el alma de México porque su creación musical no fue para un día
sino para siempre, para entenderlo nos bastan las palabras del propio autor:
“El verdadero artista deja su obra para que el pueblo lo juzgue. No te
creas de esos comerciantes del aplauso, ésos no son artistas. El aplauso será
siempre vanidad, no podrá nunca llevarse bien con el arte cuando éste es puro;
ellos tienen que vivir de alguna manera porque tienen que comer confundiendo el
arte con el estómago pero de eso a que sean artistas hay mucha diferencia”
La Sociedad
Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística siempre
recordará la obra de nuestro ilustre paisano y como en su tiempo de servicio,
al pasar lista, le decimos: “presente, mi coronel”.